Corea del Sur completó una destacada fase de clasificación rumbo al Mundial 2026, mostrando consistencia y superioridad frente a sus rivales. El conjunto asiático finalizó como líder de su grupo tras obtener seis victorias y mantenerse invicto en los diez encuentros disputados, reafirmando su solidez táctica y su eficacia colectiva. Gracias a este rendimiento, la selección surcoreana aseguró su undécima participación en una Copa del Mundo, consolidando su estatus como uno de los referentes del fútbol asiático. Su mejor actuación histórica sigue siendo la del 2002, cuando, siendo coanfitrión del torneo, alcanzó un recordado y polémico cuarto lugar. Con una generación talentosa y equilibrada, Corea del Sur apunta a mantener su crecimiento competitivo y a superar su propia marca en la próxima cita mundialista.
Paraguay consiguió su ansiado regreso al Mundial tras una larga ausencia desde 2010, aunque su camino en la fase de clasificación estuvo marcado por la irregularidad. El conjunto guaraní logró siete victorias en dieciocho partidos, un rendimiento discreto que, sin embargo, resultó suficiente para asegurar su clasificación. A lo largo del proceso, la selección mostró dificultades en el aspecto ofensivo, evidenciando una limitada capacidad para concretar sus oportunidades. No obstante, su solidez defensiva fue clave: con solo diez goles recibidos, Paraguay construyó su éxito sobre una estructura ordenada y resistente, demostrando que la disciplina táctica y la fortaleza en la retaguardia pueden compensar las carencias en ataque.
