De Ridder (21-2) tenía previsto enfrentarse originalmente a Anthony “Fluffy” Hernández este sábado, en lo que se perfilaba como una especie de eliminatoria espiritual para determinar al próximo retador de Khamzat Chimaev. Sin embargo, tras la baja de Hernández, el combate tomó un nuevo rumbo con la incorporación de Brendan Allen como sustituto de último momento. En paralelo, Nassourdine Imavov —quien derrotó recientemente a Caio Borralho— representa la otra mitad de esta carrera por el contendiente principal. De Ridder ha expresado su agradecimiento hacia Allen por aceptar el desafío con tan poco tiempo de preparación, aunque también reconoce que un triunfo contundente será esencial para mantener su impulso y consolidar su candidatura, especialmente ante un oponente con menor reconocimiento mediático que el originalmente planeado.
Allen (25-7) es un peleador conocido por su carácter obstinado, una cualidad que le ha beneficiado a lo largo de su carrera, aunque en ocasiones ha generado controversia. El estadounidense sostiene que mereció la victoria en sus combates ante Nassourdine Imavov y Anthony Hernández, a pesar de que tanto los jueces oficiales como la mayoría de los medios especializados dieron los fallos en su contra. Esa confianza inquebrantable forma parte de su identidad dentro del octágono. De cara al evento principal del sábado, la mayoría de los analistas anticipa una pelea equilibrada, pero Allen no ha mostrado demasiada preocupación por su rival, De Ridder, reflejando su habitual seguridad y mentalidad desafiante antes de subir al octágono.