El Celta de Vigo, bajo la dirección de Claudio Giráldez, llega a este compromiso con la necesidad urgente de sumar sus primeros puntos en la Europa League, luego de debutar con una derrota 2-1 en su visita al Stuttgart que dejó al descubierto fragilidades defensivas que deberán ser corregidas. El momento del equipo no es el más favorable, ya que en sus últimos cinco encuentros oficiales acumula tres empates y dos derrotas, una racha sin victorias que ha frenado su confianza y lo mantiene en la parte baja de la tabla de LaLiga. Sin embargo, la competición europea se presenta como una oportunidad para cambiar la dinámica y reencontrarse con una versión más competitiva. Giráldez deposita sus esperanzas en el apoyo de Balaídos, un estadio que históricamente se convierte en un factor clave, y en la capacidad del plantel para reaccionar con carácter en un escenario decisivo que podría marcar un punto de inflexión en la temporada.
El PAOK de Salónica, dirigido por Răzvan Lucescu, afronta su visita a Balaídos con la intención de sumar un triunfo que lo acerque a la clasificación europea, tras haber iniciado la fase de grupos con un empate sin goles frente al Maccabi Tel Aviv. Su rendimiento reciente refleja cierta falta de constancia, ya que en sus últimos cinco compromisos oficiales apenas ha conseguido una victoria, acompañada de tres empates y una derrota. En la Superliga griega se mantiene en puestos europeos gracias a su capacidad ofensiva, aunque en torneos continentales suele adoptar un planteamiento más conservador, sobre todo cuando juega fuera de casa. Consciente de estas diferencias, Lucescu buscará encontrar el equilibrio entre la solidez defensiva y la ambición en ataque, con el objetivo de sorprender al Celta en Balaídos y regresar con un resultado que refuerce sus aspiraciones en la Europa League.